¿Quieres ser Misionero?
La Congregación tiene el deber de brindar una formación sólida a quienes se sienten llamados por Dios a compartir la misma vocación en nuestra familia religiosa (CIC 670). La formación inicial comienza con el aspirantado y concluye con la profesión perpetua. Su propósito es guiar a las hermanas hacia una madurez humana y espiritual que les permita asumir, consciente y responsablemente, su consagración a Dios (VC 71; PC 18; ES II, 34; OT 8-11; CC n.º 18) (C 92).
DIFERENTES ETAPAS DE FORMACIÓN
ETAPAS PREPARATORIAS
ASPIRACIÓN
Las jóvenes que aspiran a unirse a nuestra Congregación deben estar genuinamente motivadas por el deseo de dedicarse únicamente a Dios y servir a la extensión del Reino de Cristo Redentor bajo el patrocinio de María, Nuestra Madre del Perpetuo Socorro (Can. 597).
El aspirantado puede realizarse de tres maneras: viviendo con las familias, en una casa de formación en grupo o en diferentes comunidades.
Objetivo
- Acompañar a las jóvenes en su discernimiento vocacional y formación humano-cristiana, ayudándolas a responder al llamado de Cristo en nuestra Congregación y apoyando también su preparación académica.
PREPOSTULANCIADO
El prepostulantado es un período preparatorio de al menos dos semanas que sirve como introducción al postulantado. Ofrece a las jóvenes un ambiente propicio para la integración grupal, a la vez que les proporciona conocimientos fundamentales sobre la doctrina cristiana, la identidad carismática y las dinámicas de desarrollo personal.
Objetivo
- Dar la bienvenida e introducir a las mujeres jóvenes a una comunidad de aquellos llamados por Cristo Redentor, ayudándolas a hacer la transición a esta nueva familia con un sentido de pertenencia y propósito.