¿Quieres ser Misionera?

La Congregación tiene el deber de brindar una formación sólida a quienes se sienten llamadas por Dios a compartir la misma vocación en nuestra familia religiosa (CIC 670). La formación inicial comienza con el aspirantado y concluye con la profesión perpetua. Su propósito es guiar a las hermanas hacia una madurez humana y espiritual que les permita asumir, consciente y responsablemente, su consagración a Dios (C 92).

DIFERENTES ETAPAS DE FORMACIÓN


ETAPA PREVIA

ASPIRANTADO

Las jóvenes que aspiran unirse a nuestra Congregación han de estar genuinamente motivadas por el deseo de dedicarse únicamente a Dios y servir a la extensión del Reinado de Cristo Redentor, bajo el patrocinio de María del Perpetuo Socorro (C 109).


El aspirantado puede realizarse de tres maneras: viviendo con la familia, en grupo en una casa de formación o en diferentes comunidades.


Objetivo

  • Acompañar a las jóvenes en su discernimiento vocacional y formación humano-cristiana, ayudándolas a responder al llamado de Cristo en nuestra Congregación y apoyando también su preparación académica.


PREPOSTULANTADO

El prepostulantado es un período preparatorio de al menos dos semanas que sirve como introducción al postulantado. Ofrece a las jóvenes un ambiente propicio para la integración grupal, a la vez que les proporciona conocimientos fundamentales sobre la doctrina cristiana, la identidad carismática y dinámicas de desarrollo personal.


Objetivo

  • Dar la bienvenida e introducir a las jóvenes a la comunidad de las que han sido llamadas por Cristo Redentor, ayudándolas a hacer la transición a esta nueva familia con un sentido de pertenencia y propósito.