NOVENA PERPETUA A NUESTRA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

ORACIÓN PREPARATORIA


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Madre del Perpetuo Socorro,/ con gran confianza vengo hoy/ ante tu sagrada imagen para implorar tu ayuda./ No confío en mis méritos ni en mis obras,/ sino en la fidelidad de Jesús a sus promesas/ y en tu materna e invencible intercesión./ Tú has visto, Madre, las llagas del Redentor/ y su sangre derramada sobre la cruz por nuestra salvación./ Ha sido tu Hijo quien antes de morir te dio a nosotros por Madre./ Y eres tú quien ha querido escoger el dulce título de Perpetuo Socorro.

Madre del Perpetuo Socorro,/ por la dolorosa pasión y muerte de tu divino Hijo,/ por los indecibles sufrimientos de tu corazón,/ te suplico ardientemente/ que me obtengas del Señor esta gracia que tanto deseo y necesito.


(BREVE PAUSA PARA PEDIR LA GRACIA QUE SE DESEA)


Tú sabes, Madre bendita,/ cuánto desea Jesús Redentor / darnos los frutos de su Redención./ Estos tesoros han sido puestos en tus manos / para que tú nos los dispenses./ Obtenme, pues, Madre de bondad, del Corazón de Jesús,/ la gracia que humildemente te pido/ y cantaré feliz tus misericordias por toda la eternidad. Amén.


AGRADECIMIENTO


Madre nuestra, te damos gracias por todos los dones recibidos de Dios por medio de tus generosas manos:


¡Madre del Perpetuo Socorro, te damos gracias!


·        Por el don de Jesús, nuestro Camino, Verdad y Vida.

·        Por tu fidelidad a la Palabra de Dios.

·        Por habernos aceptado como hijos tuyos al pie de la cruz.

·        Por tu entrega a los demás.

·        Por tu discreta y amorosa presencia entre los hombres.

·        Por la fuerza que nos das en nuestros sufrimientos.

·        Por tu protección en el trabajo.

·        Por todos los que has salvado de la desesperación.

·        Por todos los que has librado del pecado.

·        Por tu Perpetuo Socorro.

·        Por la acogida que das a nuestras súplicas.


Madre nuestra, te damos gracias por tu intercesión ante Cristo Redentor. Unidos a ti, oh María, glorificamos y alabamos a Dios que ha hecho tantas cosas grandes por nosotros y de generación en generación derrama su misericordia sobre los que le temen. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


Dios te salve, María...


INVOCACIONES


Escucha, oh Madre, las súplicas que te presentamos por nosotros y por todo el mundo:


¡Oh Madre del Perpetuo Socorro, escúchanos!


·        Acompaña y defiende a la Iglesia.

·        Protege y sostén al Papa y a los obispos.

·        Ilumina a los gobernantes, protege nuestra nación y da la paz al mundo.

·        Sé Madre para los que están solos y abandonados.

·        Sana a los enfermos, ayuda a los pobres y necesitados.

·        Aumenta en nosotros el amor a Dios.

·        Fortalece nuestra disponibilidad para ayudar al prójimo.

·        Conserva la paz y la unión en nuestras familias.

·        Pide para la Iglesia nuevas y santas vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.

·        Ayúdanos en nuestras necesidades espirituales y materiales.

·        Por los agonizantes y las almas del purgatorio.

·        Por nuestros queridos difuntos.

·        Por nuestras intenciones particulares.


Oh Madre del Redentor, no deseches nuestras súplicas en nuestras necesidades. Tú que en tu vida has vivido la pasión de tu Hijo, ven en nuestro socorro. Líbranos de todos los peligros e intercede por nosotros ante tu Hijo para que, unidos a Él, sepamos enfrentar las dificultades de la vida para llegar a la gloria eterna del cielo.


Padre nuestro…


ORACIÓN FINAL  (S. Juan Pablo II)


Oh Virgen del Perpetuo Socorro, Santa Madre del Redentor,/ socorre a tu pueblo que desea levantarse.

Da a todos el gozo de caminar/ en solidaridad activa y consciente con los más pobres,/ anunciando de manera nueva y valiente el Evangelio de tu Hijo,/ fundamento y culminación de toda humana convivencia,/ que aspire a una paz verdadera, justa y duradera.

Como el Niño Jesús, que contemplamos en este icono venerado,/ también nosotros queremos estrechar tu mano.

A ti no te falta poder ni bondad/ para socorrernos en todas nuestras necesidades y problemas./ Ésta es tu hora./ Ven, pues, en nuestra ayuda/ y sé para todos refugio y esperanza. Amén.


Por la intercesión de María, Madre del Perpetuo Socorro, nos proteja, nos acompañe y nos bendiga Dios omnipotente que es amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.


Dios te salve, Reina y Madre…


Seas amada, seas alabada, seas eternamente bendita.

¡Oh, Virgen del Perpetuo Socorro!, mi esperanza, mi amor, mi madre, mi refugio y mi vida. Amén.


Dulce Madre,/ no te alejes,/ tu vista de mí no apartes,/

ven conmigo a todas partes/ y nunca solo me dejes,/

ya que me proteges tanto/ como verdadera Madre,/

haz que me bendiga + el Padre y + el Hijo y + el Espíritu Santo. Amén.



Otras oraciones a Santa María del Perpetuo Socorro


NOVENITA DE LA CONFIANZA (para ser rezada diariamente y en cualquier necesidad)


Oh María, Madre del Perpetuo Socorro,/ en tus manos pongo esta súplica./

Bendícela y preséntala a Jesús./ Haz valer tu amor de Madre y tu poder de Reina./

Oh María, Madre del Perpetuo Socorro,/ cuento con tu ayuda, confío en tu poder,/ me entrego a tu voluntad, estoy seguro de tu misericordia./

Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros.


(Se recitan 3 Aves Marías)


Si del Perpetuo Socorro, Madre nuestra te aclamamos:

Haz, oh Madre, que sintamos tu amorosa protección.


Seas amada, seas alabada, seas eternamente bendita.

Oh Virgen del Perpetuo Socorro, mi esperanza, mi amor,

mi madre, mi refugio y mi vida. Amén.



INVOCACIONES A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO


R. Madre de amor, ven en mi socorro.

Oh Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza. R.

En mis tentaciones y caídas. R.

En mis tibiezas y sequedades. R.

En mis inquietudes y tristezas. R.

En mis necesidades y trabajos. R.

En mis enfermedades y peligros. R.

En el cumplimiento de todos mis deberes. R.

En todos los sucesos y accidentes de la vida. R.

En el momento de la muerte y después de ella. R.


Oración

¡Oh Santísima Virgen María, que para inspirarnos una confianza sin límites, has querido tomar el dulcísimo nombre de Madre del Perpetuo Socorro! Yo te suplico me socorras en todo tiempo y en todo lugar, en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de mi agonía. Concédeme, oh amorosa Madre, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a ti, porque, estoy cierto que si soy fiel en invocarte, tú serás fiel en socorrerme.

Obtenme, pues, esta gracia de las gracias, la de suplicarte sin cesar, con la confianza de un hijo, a fin de que, por la virtud de esta súplica constante, obtenga tu Perpetuo Socorro y la perseverancia final.

Bendíceme, oh tierna y cuidadosa Madre y ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. Amén.



ORACIÓN POR EL HOGAR


Madre del Perpetuo Socorro, * te elegimos como Reina de nuestros hogares. * Te pedimos que bendigas a todas nuestras familias* con tu tierno amor maternal. * Que el Sacramento del Matrimonio * una a los esposos tan estrechamente * que siempre sean fieles el uno al otro * y se amen como Cristo amó a su Iglesia.


Te pedimos que bendigas a todos los padres, * para que amen y cuiden a los hijos * que Dios les ha confiado. * Que siempre les den el ejemplo * de una vida verdaderamente cristiana. * Ayúdalos a criar a sus hijos * en el amor y el temor de Dios. * Bendice a todos los niños * para que amen, * honren y obedezcan * a sus padres y madres. * A tu amoroso cuidado encomendamos especialmente a los jóvenes de hoy.

     

Danos a todos sentido de responsabilidad * para que hagamos nuestra parte * y hagamos de nuestro hogar * un remanso de paz * como tu hogar en Nazaret. * Tú eres nuestro modelo. * Ayúdanos a crecer cada día en el amor genuino a Dios y al prójimo * para que la justicia y la paz reinen felizmente * en toda la familia humana. Amén.



 ORACIÓN DE LOS ENFERMOS


¡Oh Señor! Nosotros los enfermos nos acercamos a ti. Somos los "inútiles" de la humanidad. Todos sonríen, nosotros lloramos en silencio. Todos trabajan, nosotros descansamos forzosamente. Cuando todos esperan, nosotros somos especialistas en la desesperanza.

Y, sin embargo, sabemos que tenemos reservada para nosotros una empresa muy grande: ayudar a la humanidad a salvarse, unida a ti.

Haz, Señor, que comprendamos la sublime fuerza del dolor cristiano; que conozcamos nuestra vocación y su sentido íntimo. Recoge en tus manos clavadas, como un manojo de lirios, nuestros sufrimientos, para que les des una eficacia redentora universal.

Haz finalmente, Señor, que esta oración llegue a ti y al Padre, por la virtud del Espíritu Santo y por la intercesión de tu Madre Santísima, Madre de la Iglesia, Madre y Socorro Perpetuo de todos nosotros, sobre todo de los miembros más doloridos de tu Cuerpo místico. Amén.


ORACIÓN DEL ENFERMO


Tú que del triste mortal/ eres salud y esperanza,/ de tu Hijo, Virgen, alcanza/ la curación de mi mal;

y si este bien temporal/ no conviene al alma mía,/ dame paciencia, oh María,/

hasta que llegue el momento/ en que de males exento/ goce de eterna alegría. Amén.


Fuentes: Santuario del Perpetuo Socorro, Roma. Oraciones populares a la Virgen del Perpetuo Socorro. Del triduo del enfermo. -Todo de los PP Redentoristas.